África y América tienen el potencial humano, cultural y geoestratégico para configurar nuevas relaciones internacionales y asegurar su desarrollo endógeno.!
Clasificados respectivamente 3º con 30,37 millones de km2 y 5º con 21,954 millones de km2 de superficie y 3º y 5º con una población de 1.484.810.610 de los cuales 70 jóvenes y 448.614.585 habitantes. Los dos continentes son ahora aliados estratégicos clave en la geopolítica mundial, dado su inmenso potencial en recursos naturales: petróleo y hierro en Senegal, uranio en Níger y la RDC, oro, algodón, cacao y café en Costa de Marfil, Burkina Faso, Etiopía y Malí, platino, fosfatos, circón, bauxita en Etiopía y Guinea Conakry, piedras preciosas en Sudáfrica y Etiopía, y tierras cultivables: 600 millones de hectáreas sin cultivar y 760 millones en América Latina.
Venezuela, con una de las mayores reservas de petróleo del mundo, podría convertirse en uno de los principales proveedores de hidrocarburos de América Latina y África.
Los dos continentes abundan en recursos hídricos, pesqueros y energéticos, de norte a sur, de este a oeste, pasando por el centro: en la Amazonia, en la RDC, en Sudáfrica, en Mozambique, Gabón y Senegal; en fauna y flora, en conocimientos ancestrales, en riqueza
lingüística, religiosa y cultural, sin perder de vista que África es la cuna de la humanidad y que Mesoamérica y el resto de Sudamérica, comúnmente conocida como Abya Yala, son el hogar de la Tierra.
Los pueblos indígenas de Africa y de America Latina comparten los mismos valores de solidaridad, resistencia, respeto al ecosistema, respeto a los mayores y cumplimiento de la palabra dada.
Las relaciones internacionales posteriores a la independencia de África y Sudamérica han mostrado un claro dominio del Norte sobre el Sur, poblado principalmente por africanos y sudamericanos. A ello siguieron la ayuda humanitaria y los programas de ajuste estructural
iniciados por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. El caso de Senegal desde 1979 es un perfecto ejemplo, seguido de la desastrosa devaluación del franco CFA en 1994.
África y Sudamérica no son continentes pobres, pero han sido empobrecidos por el saqueo sistemático de sus riquezas a través de la esclavitud, la colonización, el neocolonialismo y el liberalismo salvaje impuesto por las multinacionales liberales y capitalistas.
África y Sudamérica deben trabajar juntas para pasar página a su dependencia de
La nueva tendencia en las relaciones internacionales debe sustentarse en los principios de la multipolaridad, fomentada por la aparición de nuevos polos de influencia en la forma de los países BRICS.